sábado, 10 de octubre de 2009

Indispensable Actitud Femenina en las Logia Masonicas.


En las últimas cinco décadas se ha producido uno de los desplazamientos más notables en la historia de la humanidad: la mujer, acostumbrada durante siglos a secundar en todo al padre o al marido- y quedando excluida también de los espacios de poder y pensamiento-, ha iniciado el camino de su liberación, ocupando poco a poco un sitial que hace menos de 100 años era impensado.
En Chile, la llegada de una mujer a la presidencia supone la cristalización de un proceso que se viene gestando desde hace varias décadas: la participación de la mujer en la vida social del país tiende a ser en nuestros tiempos cada vez mayor. Esta inserción no escapa a ningún ámbito de acción en donde la mujer había sido desplazada por la historia, ni siquiera al de una de las instituciones más tradicionalmente masculinas, y que permanece hasta hoy asociada en el imaginario colectivo a una cofradía sólo de caballeros: la masonería.

Aunque pocos lo saben, la participación de las mujeres en la masonería data de 1929, cuando el filósofo indú Charles Jinarajadasa propició la creación de la Gran Logia Mixta de Chile, gracias al esfuerzo de un grupo de masones pertenecientes a la Gran Logia de Chile, que eran favorables a la inclusión de las mujeres en la institución. Sin embargo, las mujeres no alcanzarán la plena autonomía sino hasta 1970 con la creación de la primera logia femenina del país.

La masonería o Francmasonería es una Institución universal de carácter iniciático -esto porque sus rituales de iniciación representan la posibilidad de un nuevo nacimiento en conciencia-, cuya estructura fundamental la constituye un sistema de valores que tienen por divisa la libertad, la igualdad y la fraternidad. Aunque algunos lo sostienen, la masonería no es una secta, tampoco una religión ni un partido político, sino una organización de personas que privilegia la tolerancia entre sus miembros y en la sociedad. Al menos así lo declaran sus principios explícitos.

En nuestro país la logia más antigua es la Gran Logia de Chile, nacida en 1862 -bajo el gobierno de José Joaquín Pérez- y que tiene como referente a la gran logia inglesa de quien obtiene sus directrices. Las logias mixtas y las logias femeninas, en tanto, derivan de la corriente desarrollada en Francia y se rigen bajo el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, y constan de la existencia de tres grados reconocidos: primero se es aprendiz, luego compañero y finalmente maestro. Al interior de la institución todos son “hermanos” o “hermanas”.

El contenido simbólico y filosófico de todas las logias, sin embargo, es el mismo y no suele ser difundido por su membresía. Para comprender el ethos de la Orden es necesario remitirse a la idea de que el hombre es el centro del universo y que sólo de sí depende su perfeccionamiento. La masonería es esencialmente una institución humanista y no dogmática y, como consecuencia de ello, todo tipo de fanatismo le es ajeno.

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